Según tengo entendido este horno data del siglo XVI y conserva la misma decoración de hace medio siglo. La campanita de la puerta no para de sonar, y es que el olor de los deliciosos cremadillos, ensaimadas, empanadas ... ¡nos vuelve locos!
La excusa era perfecta para una reunión de fotógrafos ya que también el mestre Miquel prepara unas buenísimas comidas. Os puedo asegurar que no decepcionó a nadie con sus ensaimadas con pimientos, cebolla, piñones, bacon...
Seguimos con lechona
Ycómo no un variado de cremadillos
Salut maestro, le deseo tanto éxito como el que ha tenido hasta ahora.
increible comida y increible compañia, a ver cuando repetimos
ResponderEliminarEso eso! A ver cuando probamos el bacallà amb espinacs y no sé que más llevaba...
ResponderEliminaraquestes trobades merexien repetició, ja preparam la pròxima!!!
ResponderEliminarEl mestre Miquel no se puede jubilar sin que probemos ese bacalao ... además, somos buena compañía ¿no?
ResponderEliminar