Muchas veces pensamos que los paisajes cercanos y cotidianos ya no tienen ningún aliciente. Fotografiados como postales, ya están vistos y hechos.
Pero aunque sean tan accesibles quizá tengan más valor del que pensamos. Quizá delante de nosotros tengamos un mundo por descubrir, y solo depende de nuestra mirada personal el que lo descubramos.
Hoy os dejo estas fotografías de lugares tan cercanos y conocidos, y a los que he vuelto gracias a la compañía de buenos amigos. En ellos he podido descubrir nuevos puntos de vista.