Del mismo modo que no somos indiferentes a las horas de luz o a las fases lunares tampoco lo somos a los cambios de estación. Hace días que mi cuerpo me avisaba de que la cercanía del cambio estacional, o quizá era que yo deseaba la bajada de temperatura y la lluvia.
Azul, serenidad, equilibrio, era lo que sentía cuando fotografiaba el amanecer en la playa vacía de bañistas y del bullicio del verano, el sonido del chaparrón que cayó me sonaba a gloria.
Pero cuando vas bien acompañado todo puede ir a mejor, los detalles los da Trollfossen.
me gusta la foto ,el mes de septienbre es interesante menos calor y todavía buena luz ,yo sigo con las vacaciones un saludo
ResponderEliminarVeo que sigues en tu linea de fotos minimalistas, me gusta
ResponderEliminarQué bien vienen esos días en los que se anuncia el fin del verano ¿verdad? Una tormenta, una lluvia inesperada, la playa que se queda vacía, el olor lejano a tierra húmeda, el aire refrescado...
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